Carta de un animal irracional
Mi querido humano,
Llegan las fiestas y te preparas para divertirte sin pararte a pensar que tu diversión debería acabar donde empieza mi sufrimiento. Intento comprenderos pero hay cosas que se me escapan, quizá porque solo soy un animal irracional y no entiendo de razones. Pero me gustaría preguntarte algunas cosas. Puedo?
Porque os empeñáis en destruir cosas que luego tenéis que hacer de forma artificial con el consiguiente gasto. Los parques, los espacios naturales…
Por qué lanzáis esos artefactos que provocan un ruido terrible que mi corazón apenas resiste, solo para demostrar que estas feliz. Una sonrisa, una canción… hace menos daño y también denota felicidad.
Por qué os empeñáis en destruir todo lo que la vida os regala y luego lloráis por que no lo tenéis.
Por qué os matáis entre vosotros si no es necesario por ley de supervivencia.
Por qué adornáis vuestras paredes con las cabezas de otros animales como trofeo por placer.
Por qué huis de las ciudades que vosotros habéis construido buscando el sonido del mar, de un rio, de un gorrión si antes lo habéis destruido.
Por qué juzgáis a la madre naturaleza cuando un rio vuelve a su cauce natural arrebatado por los humanos y provoca muertes a su paso.
Porque lucháis por una vivienda digna si los demás seres vivos nos quedamos sin ella cuando vosotros construís las vuestras.
Por qué vendéis y compráis la tierra si fue un regalo sin título de propiedad.
Por qué permitís que vuestras crías disfruten con la destrucción y no les enseñáis a construir un mundo mejor…
Claro soy un animal irracional y no entiendo de razones pero sabes? aunque soy solo un perro o un caballo o un gato… sufro como tú, amo como tú, lloro como tú. Nuestra única diferencia es que yo soy irracional y no entiendo de razones, razones que te obliguen a provocar dolor, a destruir tu planeta, a matar por placer, a enriquecerte con el trabajo de otros.
Quizá mi cuerpo yacerá en el suelo en una de tus fiestas, mi corazón no podrá soportarlo. Y moriré sin entenderte mi querido ser humano. He sido fiel a ti, he lamido tus heridas, te he protegido cuando lo has necesitado, te he alimentado… pero tú no quieres ver que la destrucción que provocas será directamente proporcional al castigo que recibas.
Llevas razón, tan solo soy un animal irracional y no entiendo de razones…..
Mila
Silla va!!
Shiva y Barby, las dos potritas que llegaron hace unos meses al Encuentro, están hechas unas fieras. Después de un tiempo trabajando a la cuerda, les ha llegado el momento de empezar a adaptarse a llevar la montura encima. Esta semana, aprovechando la calma que hay por la hípica por las mañanas, hemos probado a ponerles la silla por primera vez, ¡ y lo han aceptado de maravilla!.
Barby, la más pequeñita de las dos, ha dudado un poco al principio. No le hacía demasiada gracia que la silla le tocara, pero al final se ha portado como una campeona. Con ella ya colocada, no ha hecho ni un mal gesto. Entre caricias y palabras suaves, ha aceptado la montura como si se la hubiéramos puesto toda la vida. Barby nos tiene a todos impresionados con su caracter, y con sus movimientos. Va a ser una yegua de escuela excepcional, estamos convencidos.
Y si Barby se ha portado como una santa, lo de Shiva ha sido ya tremendo. No se ha puesto ella sola la montura de milagro. Ningún extraño, ni una mirada de reojo… Nada. Y aunque a Shiva le cuesta un poco más ordenarse a la cuerda, ha ido fenomenal. Está hecha una monstrua.
Ahora les tocan unos días de adaptarse a la silla, de acostumbrarse a la presión de la cincha, y al vaivén de los estribos. Pero no nos cabe duda de que van a colaborar al máximo, y de aquí a nada podremos dar el siguiente paso en su doma. Van a ser las dos unas grandes maestras, apuntan maneras.